Vieja (2)

Por antonomasia, la ESPOSA.

Normalmente se utiliza para hablar de la propia – MI VIEJA –  o para comentar con un COMPADRE o amigo cercano las cualidades, andanzas o maledicencias de las respectivas.

Es curioso que en España se escuche en algunos ambientes la palabra VIEJA para referirse a la MADRE.  Entiendo que es una referencia velada o no tan veladamente despectiva al hecho de que una MADRE, por necesidad física incontestable, es mayor que el hijo.  En un hogar tradicional la VIEJA no puede ser otra que la MADRE.

Esta asociación no tiene ningún sentido en Méjico.  La MADRE es la MADRE y NO SE VALEN ningún tipo de referencias malsonantes o malpensantes.

La VIEJA, por otra parte, es una persona que ha vivido lo suficiente como para conocer todo lo que de la vida se puede conocer, que es más mañosa que sincera, capaz de maniobras arteras para embaucarlo a uno y dejarlo en la estacada.  La VIEJA es, por lo tanto, maliciosa. 

Las mujeres, por el hecho de serlo, ya causan esa impresión de maldad o retorcimiento al mejicano.  Si además son guapas, jóvenes y se arreglan provocativamente, entonces no queda otro remedio que dar por sentado que se encuentran a la caza de algún desprevenido que morirá gozando como si lo hubiera picado la viuda negra.

La ESPOSA ya cazó.  Eso es suficiente para constatar su maña y malas artes. Además, seguramente, es posible narrar todo tipo de tropelías realizadas por la señora de la casa con las finanzas del hogar.  Que si un mueblecito por aquí, un regalo para su MAMA, un coche que no se puede pagar, una casa que es un pozo sin fondo y cosas por el estilo.  O sea, no sólo cazó, sino que además es evidente que está chupando del bote.  ¿Quién mejor puede ser calificada de VIEJA?.

“Tu vieja te va a meter en un lío si sigue comportándose así”.

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